Y si la mejor manera de aprender es jugando, aquí os mostramos un claro ejemplo de ello.
En esta ocasión hemos visitado una escuela unitaria de educación infantil del concello de Sanxenxo, donde sus alumnos, con edades entre 3 y 5 años, se lo pasaron en grande montando sus escornabot.
La tecnología no entiende de edades, simplemente tenemos que enfocarla de la forma adecuada. Les hemos presentado a los niños una cajita con piezas para montar y un destornillador para ayudarnos, ¿la diferencia? pues que en vez de ser unas piezas de un puzle de juguete, eran de un escorabot y el destornillador era de verdad.
Una vez lo hemos montado, hemos probado nuestro escornabot como recurso educativo.
Todos estaban deseosos de hacer caminar a su robot y, jugando, reforzaban sus conocimientos: adelante, atrás, sumar, restar, respetar los turnos, compartir…
Nuestro agradecimiento a Marta Muñiz Palmeiro, la profe que nos invitó a su cole para que pudiésemos acercar la robótica y la tecnología a los más pequeños. En ocasiones, enseñar diferente es aprender mejor.